sábado, 17 de mayo de 2014

6to año: Charles Baudelaire, del Romanticismo a la Modernidad. Poemas "El albatros" y "Correspondencias".

Baudelaire y el Romanticismo.-

Charles Baudelaire (París, 1821-1867), asoma a la literatura del siglo XIX en un momento muy particular. Asiste al triunfo de la doctrina, del teatro y de la novela románticos, al mismo tiempo que ve desintegrarse al movimiento  en las tendencias como el romanticismo social, el pintoresquismo y el parnasianismo. Entre los años  que van del 40 al 52, se produce el gran silencio de los líricos románticos.
Baudelaire nace del Romanticismo; su libro, “Las flores del mal” se publica en el período en que aparecen las obras poéticas más maduras de este movimiento y se da en él, precisamente por ser epigonal, la lucidez de un romántico moribundo, la conciencia crítica más profunda del Romanticismo. Realiza entonces  poéticamente la aspiración romántica de la modernidad, que solo se había dado totalmente en la novela, al descubrir la poesía de la ciudad… Su poesía , como no se daba desde el siglo XVII en Francia, se vuelve “fatalmente filosófica” y plantea con vigor medieval la noción del pecado original, debatiéndose lúcidamente entre la radical disyuntiva del bien y del mal, de la salvación o de la perdición. Nadie poseyó tan intensamente la convicción de “la alquimia poética”, de la magia del verbo, para intentar, desde lo natural, vislumbrar lo sobrenatural, a través de lo múltiple lo único, y en el transcurrir de los instantes, lo eterno. Y por eso mismo, la experiencia de fracaso, de radical desilusión que es inherente a todo el romanticismo, es en él culminante. Con orgullo desesperado y satánico, impotente en el exilio del mundo cotidiano, cultivó con pasión y fervor, como “un perfecto químico y como un alma santa”, el tormento de su poesía, por la que el peregrino entreveía la lejana patria, origen y destino, recuerdo y esperanza, y sin embargo, inalcanzable en la poesía.
Si  esto  es lo que culmina en su obra, hay también en ella magníficos comienzos. Pocos libros tan preñados de gérmenes que luego desarrollarán estupendos mundos poéticos. El Simbolismo, la gran corriente artística de la segunda mitad del siglo XIX, en la que participan Verlaine, Rimbaud, Mallarmé, nace en “Las flores del mal”. Su sentido de misterio, su magistral utilización de la alegoría medieval y del símbolo poético en su sentido más vasto, el poder del encadenamiento de sus versos, la sugestión musical de sus ritmos, la transparencia de sus imágenes, lo convierten en el primer simbolista, y logran una transformación de la poesía francesa del siglo XIX. Es ésta de tal magnitud que no es aventurado asegurar que sin Baudelaire, los grandes poetas que le sucedieron no serían tales como hoy los conocemos. De esta manera “Las flores del mal”, se constituyen en una verdadera encrucijada poética donde convergen las grandes temáticas románticas y el culto formal a la belleza del parnasianismo, y de donde parte la concepción simbolista de la poesía.-

                                                              Comentario de Edmundo Gómez Mango
                                    Introducción, “Las flores del mal”, Ediciones Banda Oriental,1978.-

SIMBOLISMO
   
    El simbolismo fue un movimiento literario que se desarrolló fundamentalmente en París, en las dos últimas décadas del siglo XIX, y congregó a importantes artistas de distintos países europeos. Para algunoss autores es sólo un post romanticismo,pero son bastante diferentes. El simbolismo incorpora elementos modernistas y decadentistas para construir su estética, y plantea una postura contraria a los nacionalismos literarios. Habrá de mostrar a los poetas de fin de siglo y de principios del siglo XX un universo sobrenatural, de misterio, desconocido para los profanos, que sólo lo pueden vislumbrar a través de los poetas “videntes”. El principal representante de esta corriente, el poeta Stephen Mallarmé, dirá en 1862: “toda cosa sagrada que quiere mantenerse se envuelve en el misterio”. El simbolista no busca expresar la realidad, sino trascenderla. El mundo real es símbolo de otra cosa que está más allá de lo sensible. Se aplica el idealismo filosófico a la literatura: cada cosa es un símbolo, manifestación de algo oculto. Los objetos están vinculados, a pesar de sus múltiples apariencias, poe ecos, analogías, correspondencias. El poeta es quien debe relacionar esos dos mundos: el sensible y el trascendente. Como antecedente del Simbolismo, en el poema “Correspondencias” de Baudelaire se plantea la unidad de la creación, la corresponencia entre el mundo espiritual y el material por medio de símbolos que conforman una analogía universal.
    Los simbolistas tienen una gran preocupación por el lenguaje, y su influencia será decisiva en el siglo XX, aun entre aquellos que reaccionaron contra ellos. Formalmente, la suya es una poesía que explorará la sonoridad del verso, pues “la poesía es música ante todo”. Por ello la palabra habrá de tener un valor mágico, pues a través de ella se aprehende la realidad y se la devela. El Simbolismo significó una revolución en la versificación, que habría de culminar en el verso libre.


    Baudelaire se encuentra entre los precursores del Simbolismo, aquellos que de alguna manera posibilitaron su surgimiento, aunque sin integrarlo. Son similares su uso del símbolo poético, la sugestión musical de sus versos y su sentido del misterio, que plantea al poema como un enigma cuya llave debe encontrar el lector.
    Otras características simbolistas son la búsqueda de la melodía, la renovación del vocabulario, la liberación de las palabras de la lógica prosaica. El poeta debe hablar del efecto y no de la cosa en sí: “el verso no debe componerse de palabras, sino de intenciones, y todas las palabras se borrarán ante la sensación”. “Nombrar un objeto es suprimir las tres cuartas partes del placer del poema, que consiste en la felicidad de volverse tal poco a poco; sugerir, he ahí el sueño”. Se busca proceder por analogías, lo que está ligado a la búsqueda de correspondencias ya mencionada. El poeta recibe infinidad de palabras y de imágenes que le dictan espontáneamente su imaginación o el mundo exterior. Hay que combinarlas entre sí y hacerles surgir sus analogías.
    Algunos simbolistas fueron vistos como los “poetas malditos”, por su humor frío y cruel, su uso del terror como recurso literario y su gusto por lo fantástico, lo esotérico, lo metafísico. La poesía sería como un puente al conocimiento metafísico.
     Los principales poetas simbolistas fueron Mallarmé, Paul Verlaine y Arthur Rimbaud.


        “LAS FLORES DEL MAL”

   Baudelaire no pertenece en particular a una sola de las corrientes antes desarrolladas: él se anticipa a su tiempo, a la vez pertenece a él y lo supera, y resulta por esencia indefinible, imposible de encasillar en una corriente o movimiento determinado. Su poesía es la base para la poesía de todo el siglo XX, y por ello estudiaremos algunos aspectos de su obra más importante.
    Publicada en 1857, esta obra tuvo como antecedente la publicación en 1851 de once poemas del autor en un periódico, bajo el título “Los limbos”, que sería el primitivo nombre de “Las flores del mal”. Con este último título se publicaría en 1855 un conjunto de dieciocho poemas, en una revista.
     La obra está dedicada a Gautier, y de inmediato suscitó el escándalo por su temática, a tal punto que la justicia inculpó a Baudelaire de atentado a la moral pública y la edición fue requisada. En 1861 aparece la segunda edición, con 35 poemas nuevos y la estructura definitiva que a partir de ahí conservará. Baudelaire al principio concibió a la obra dividida en tres partes que sumaran cien poemas, en evidente relación con la “Divina comedia”, pero luego modificó esto, si bien insiste en que se trata de un todo orgánico, no la simple suma de sus partes. No son los suyos poemas para la mayoría de los lectores, ni alcanzaron gran difusión hasta el siglo XX. Su temática es en general ciudadana, es una poesía de corte filosófico, muchas veces hermética en sus contenidos.
    Este libro está estructurado de modo tal que cada composición vale por sí misma, pero además por su relación con el conjunto. Según Banville: “Desde el punto de vista del arte y de la sensación estética, perderían mucho al no ser leídos en el orden que el poeta, que sabe lo que hace, los ha colocado”.
   La obra está dividida en seis secciones:
1)      SPLEEN E IDEAL: es la más extensa y expresa la condición humana de Baudelaire. El poeta, a través del amor y del tedio, llega a la conciencia en el mal.
2)      CUADROS PARISINOS: el poeta contempla la ciudad y sus habitantes, deja de ser el hurgador de sí mismo para adoptar la condición de testigo de las calles de París, descubre en el exterior el reflejo del problema esencial de la condición humana: el mal.
3)      EL VINO: es un intento de huída a los paraísos artificiales que no puede conducir sino al fracaso.
4)      LAS FLORES DEL MAL son doce poemas, que se constituyen en los apóstoles del mal.
5)      REBELIÓN: después de haber optado por el mal, el poeta ha optado por el jefe del mal: el Diablo.
6)      LA MUERTE: Muerte de los protagonistas y comienzo del gran viaje más allá de la vida, hacia lo nuevo.    
 Apuntes del prólogo de “Las flores del mal” ,Edmundo Gómez Mango, Ediciones Banda Oriental y  Manual 19: “Baudelaire”, Rogelio Mirza, Editorial Técnica.

                                                                                         


“EL ALBATROS”

Por divertirse, a veces, la gente marinera,
atrapa los albatros, grandes aves del mar,
que siguen, indolentes compañeros de viaje,
al navío que surca los amargos abismos.

Cuando apenas han sido dejados en cubierta,
los reyes del azur, torpes y vergonzosos,
sus grandes alas blancas tristemente abandonan
semejantes a remos, cayendo a sus costados.

¡Qué torpe y débil es el alado viajero!
Él, antes tan hermoso, cuán cómico y cuán feo!
Uno el pico le quema acercando una pipa,
otro rengueando imita, al cojo que volaba!

El poeta es igual a este rey de las nubes
que habita la tormenta y ríe del arquero;
exiliado en el suelo, en medio de abucheos,
sus alas de gigante le impiden caminar.




“CORRESPONDENCIAS”

Naturaleza es templo donde vivos pilares
dejan  salir a veces sus confusas palabras;
por  allí pasa el hombre entre bosques de símbolos
que  lo observan atentos con familiar mirada.

Como muy largos ecos de lejos confundidos
en una tenebrosa y profunda unidad,
vasta como la noche, como la claridad,
perfumes y colores y sones se responden.

Hay perfumes tan frescos como carnes de niños,
dulces  como el oboe, verdes como praderas,
y  hay otros corrompidos, ricos y triunfantes,

que la expansión poseen de cosas infinitas,
como el almizcle, el ámbar, el benjuí y el incienso,
que cantan los transportes del alma y los sentidos.


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miércoles, 19 de marzo de 2014

6TO AÑO, SIGLO XVIII.-

I)                    CARACTERES GENERALES DEL SIGLO XVIII FRANCÉS.-  Durante el siglo XVIII, Francia ejerce la hegemonía cultural de Europa; por lo tanto es en ese país donde debe ser estudiada especialmente esta época.
El siglo XVIII procede del XVII y al mismo tiempo que continúan algunas de sus tendencias, significa fundamentalmente una violenta reacción contra él.
Estudiaremos comparativamente los caracteres de ambos siglos.
El siglo XVII es cristiano y monárquico. La literatura está al servicio de las instituciones. Es una literatura centralizada en la Monarquía: Luis XIV, Versalles. Es una literatura cristiana, espiritualista y moral. Es al mismo tiempo, aristocrática y mundana. Es una literatura impersonal y objetiva, disciplinada, sometida a las reglas estéticas, recogidas por Boileau, en su “Arte Poética” (1674). Tal es el clasicismo moderno o el clasicismo francés, característico del siglo XVII, que ha sido definido como el equilibrio entre la razón y la verdad, entre la verdad y la belleza: “Solo es hermoso lo verdadero; solo lo verdadero es amable; lo bello es lo razonable; lo razonable es lo real” (Boileau). El ideal artístico radica en la imitación de la naturaleza, según la clásica definición de Aristóteles. Debe lograrse la naturalidad y claridad en los conceptos, en el estilo y en el lenguaje. La producción literaria sigue a los modelos clásicos greco-latinos; los poetas antiguos, más próximos a la naturaleza, son quienes la han comprendido mejor. Sin embargo, no se hace de los antiguos una imitación tan servil como en el Renacimiento, porque se les adapta a lo nacional.
El Siglo XVIII significa una revolución en el plano de las ideas con respecto al siglo anterior. La literatura adopta una actitud militante: en nombre de la soberanía absoluta de la razón ataca todas las creencias tradicionales y pretende reformar o destruir todas las instituciones de la época. El centro literario ya no es Versalles, sino París: los salones y los cafés literarios. Es una literatura irreligiosa. El racionalismo destruye el equilibrio clásico entre la razón, verdad y belleza. Se afirma la primacía absoluta de la razón; ni la esfera de la fe, ni la de la tradición están libres de su predominio. Lo ideal artístico aparece desplazado por el espíritu científico y filosófico. El prosaísmo domina todas las manifestaciones literarias. La lengua se intelectualiza; se amolda a las exigencias del pensamiento filosófico y pierde el sentido del matiz. El fondo predomina sobre la forma. Se tiende a lograr una precisión casi algebraica en la expresión de las ideas. “El estilo – dice Buffon- no es más que el orden y el movimiento que se pone a las ideas”.
La literatura del siglo XVIII desprecia a los antiguos. Como consecuencia de la creencia en el progreso, se ataca la tradición clásica antigua. Se toma como modelos a los autores del siglo anterior, es decir a los clásicos modernos. Expresa Voltaire: “Todas las tragedias griegas me parecen obras de estudiante en comparación con las sublimes escenas de Corneille y las perfectas tragedias de Racine”. Voltaire defiende la aplicación de las reglas literarias; admira a Boileau, el preceptista del siglo XVII, y menosprecia a Shakespeare y al teatro español de la edad de oro.
En síntesis, pues, la literatura del siglo XVIII, revolucionaria en el aspecto filosófico, es conservadora desde el punto de vista literario, ya que respeta las reglas clásicas y se inspira en los modelos del siglo precedente. Tal es el neo-clasicismo, tendencia literaria característica del siglo XVIII.
Ahora bien, independientemente del neoclasicismo y del filosofismo, en un segundo plano, se desenvuelven dos tendencias en este siglo: la primera está representada por las comedias ligeras, frívolas, ingeniosas y galantes de Marivaux, que contrastan con la gravedad y seriedad del espíritu filosófico; y la segunda, la más importante, por ser precursora del romanticismo, la llamada “corriente sensible” atraviesa todo el siglo XVIII y está representada por el Abate Prevost, con “Manon Lescaut” (1731) y fundamentalmente con Rousseau, con “La Nueva Heloísa” (1761). Rousseau es el principal precursor del movimiento romántico, pues inaugura, en pleno siglo XVIII, la literatura subjetiva y confesional.

Analizaremos algunos aspectos fundamentales del siglo XVIII francés.

Factores políticos y sociales.- El siglo XVIII presenta la particularidad de que en él no existe una gran figura política en torno a la cual se agrupan las fuerzas espirituales e intelectuales. La realeza, de gran poderío en el siglo anterior en que la personalidad de Luis XIV centralizaba en torno de sí toda la vida de la nación, está completamente debilitada. La autoridad política del res es discutida. Cortesano y favoritos triunfan en esta monarquía decadente gracias a la ineptitud del rey Luis XV. El rey pierde la dirección de los espíritus. El centro intelectual no es Versalles como durante el reinado anterior, sino París con sus salones y sus cafés.
La nobleza también está en decadencia; abusa de sus privilegios y trata de rodear al monarca y aislarlo de la burguesía en lo cual radica precisamente la mayor fuerza intelectual y económica.
Paralelamente a este proceso de descomposición de las fuerzas que hasta entonces habían sido las dominantes, se produce, como ya hemos señalado, el fenómeno del crecimiento de la importancia de la burguesía. Aunque puede decirse que los burgueses gozaban ya de cierto prestigio y ascendencia antes de este período, en el siglo XVIII dicha clase social pasa al primer plano, a constituir lo más relevante de la vida nacional. Voltaire, la figura de mayor importancia del período es un acaudalado burgués.

La soberanía de la razón.- El movimiento y la transformación ideológica son apreciables en este siglo. Se produce una verdadera revolución en la manera de pensar, y, por una exageración del principio de la soberanía de la razón heredado del siglo anterior, se afirma ilimitadamente el derecho al examen y a la crítica de todas las concepciones existentes. Se ataca a la organización social y a las instituciones políticas, sintiéndose los espíritus poseídos por un ansia de renovación tal que hasta el principio de la autoridad del monarca, tan respetado cuando Luis XIV, entra ahora en crisis. La debilidad de las instituciones y, sobre todo, la descomposición de las clases dominantes, hizo posible este ataque llevado a cabo por la intelectualidad de la época en nombre de la razón, de la creencia en la bondad natural del hombre y en la perfectibilidad indefinida del espíritu humano.

Irreligiosidad.- La literatura de este siglo es esencialmente irreligiosa.
Esta irreligiosidad es consecuencia del dogma de la soberanía de la razón. En el siglo anterior, la razón encontraba un límite en la fe, pero ahora la fe se ha debilitado debido, entre otras causas, a las disputas entre jansenistas y católicos. Paralelamente a este debilitamiento de la fe se opera un fortalecimiento de la razón, a través del cartesianismo, cobrando tal autoridad el razonamiento lógico que era esgrimido como argumento decisivo aún en las disputas teológicas a que hemos hecho referencia.
No se niega la existencia de la Providencia como principio ordenador del universo y hasta se llega a admitir un teísmo vago e indefinido, pero se ataca a la Iglesia como institución y se trata de sustituir la moral de base cristiana, por una moral laica asentada fundamentalmente en el postulado de que el hombre es natural y esencialmente bueno.
Se sustituyen los dogmas religiosos por los dogmas filosóficos y científicos: la idea de progreso, la perfectibilidad indefinida del hombre.

Concepción filosófica.- La concepción filosófica del siglo XVIII es al mismo tiempo individualista, sociológica y universalista.
Es individualista en el sentido de que afirma la existencia de los derechos del hombre, derechos naturales, anteriores y superiores a la sociedad. Como consecuencia de ese individualismo, el hombre aparece en pugna con las instituciones y con la organización social, contrariamente a lo que sucedía en el siglo anterior, en el cual el individuo ocupaba un sitio determinado en la sociedad.
Es asimismo una literatura sociológica, en el sentido de que se preocupa fundamentalmente de la reforma de la sociedad y no del individuo en su aspecto moral, como en el período anterior. Partiendo de la idea de bondad natural del hombre, se llega como  conclusión a la necesidad de la reestructuración del elemento social, ya que el elemento humano, de suyo, no tiene necesidad de esta reforma.
Se creía que esta reforma debía partir de la legislación, es decir de las normas que rigen la vinculación entre los diversos individuos, y no del hombre mismo, por ser éste naturalmente bueno.
Se prescinde de la psicología; no se estudia al hombre como ser moral, sino en sus relaciones con los demás integrantes del cuerpo social, sin tener en cuenta las diferencias existentes entre unos y otros. Se concibe un tipo de hombre abstracto y sobre él se trabaja, dejando de lado las características diferenciales que separan entre sí a los individuos, tales como el temperamento, la raza, el momento histórico, etc.
En general podemos decir pues, que la filosofía del siglo XVIII se caracteriza por el abuso de la abstracción y la generalización, sólo se tiene en cuenta lo que existe de común en el hombre como un tipo uniforme, impermeable a las circunstancias de tiempo y de ubicación geográfica. Como dice Lanson: “En moral, en religión, en política, el siglo XVIII legisla para el hombre en sí, para ese vago residuo que se obtiene suprimiendo todas las  diferencias que se perciben entre el francés, el inglés, el chino, etc… y que no corresponde, en resumidas cuentas, a ningún hombre real”.  Como consecuencia decaen los géneros literarios psicológicos tales como la comedia, la tragedia y la oratoria sagrada, y la producción artística de este siglo lleva impreso un carácter cosmopolita.
Los problemas planteados por los filósofos de esta época están referidos, como vimos, a un tipo de hombre abstracto, y son, por ende, de proyección universal, pudiendo aplicarse sus soluciones a todo el mundo, ya que los dictados de la razón tienen vigencia universal.-

                                          LITERATURA DE LOS SIGLOS XVIII Y XIX.- HONTANAR
                        APUNTES DE LITERATURA, PÁGINAS 7-12,   ED. MOSCA HNOS, 1971.-


viernes, 14 de marzo de 2014

Programa oficial para Segundo año de Bachillerato diversificado, (5to).-

UNIDAD I. LITERATURA GRECOLATINA.
Homero o Virgilio o Esquilo o Sófocles o Eurípides.
Contextualización: Píndaro; Safo; Platón; Artistófanes; Plauto; Aristóteles,
 Ovidio; Lucrecio; Horacio; Hesíodo.
UNIDAD II. TEXTOS DE INSPIRACIÓN RELIGIOSA.
 Biblia: Antiguo y Nuevo Testamento.
Contextualización: El Corán; Popol Vuh; Cantar de Gilgamesh.
UNIDAD III. EL MUNDO MEDIEVAL Y LAS LITERATURAS EN LENGUA
VERNÁCULA.
Dante: Divina Comedia.
Contextualización: Trovadores provenzales; Tristán e Iseo; autores del Dulce
 Estilo Nuevo; Petrarca; Bocaccio; Chaucer.
UNIDAD IV. RENACIMIENTO.
Dramaturgia de Shakespeare.
Contextualización: Ronsard; Marlowe.
UNIDAD V. NACIMIENTO DE LA NOVELA MODERNA.
Cervantes: El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Contextualización: La novela de caballería: Tirante el Blanco; Amadís de
 Gaula; La saga del rey Arturo.

Programa oficial para Tercer año de Bachillerato Diversificado (6to)

CONTENIDOS PROGRAMÁTICOS
INTRODUCCIÓN. Del Racionalismo al Sturm Und Drang.
Rousseau, Voltaire, Goethe.
UNIDAD I La poesía: Del Romanticismo a la contemporaneidad.
G.Leopardi, V.Hugo, W.Whitman, E.A.Poe, Ch.Baudelaire.
Contextualización: R .M. Rilke, S .Mallarmé, F. Pessoa, P. Valéry, T.S.Eliot, E. Pound, Lautréamont

UNIDAD II Del Realismo a la contemporaneidad.
Tolstoi, Dostoiewski, Dickens, Melville, Balzac, Flaubert, James Joyce, Marcel Proust, Franz Kafka, H. Hesse, Faulkner, Ray Bradbury,
Ernest Hemingway.
Contextualización: Gogol, Turgueniev, Henry James, Joseph Conrad, Virginia Woolf, Raymond Carver, Thomas Mann, Ítalo Calvino, Y.
Mishima, Raymond Chandler, M. Yourcenar.
UNIDAD III Poesía Iberoamericana.
Vicente Huidobro, César Vallejo, Pablo Neruda, J. L. Borges (*), Octavio Paz, P. Salinas, J. Guillén, L.
Cernuda, Marosa Di Giorgio.
UNIDAD IV Narrativa Latinoamericana.
6J. Rulfo, A. Carpentier, J. C. Onetti, J. Ma. Arguedas, M.A. Asturias, J. L. Borges (*), Gabriel García Márquez, J. Cortázar, Mario Vargas
Llosa, J. Gü-imaraes Rosa, Augusto Roa Bastos.
UNIDAD V Teatro del Siglo XX
Anton Chéjov, Henrik Ibsen, Luigi Pirandello, Berltolt Brecht, Eugene Ionesco, E. O’Neill, T. Williams, A. Miller , S .Beckett, F.G. Lorca.
Aclaraciones
La Unidad introductoria (Del Racionalismo al Sturm Und Drang) pretende una ubicación histótico – cultural que funcione a manera
de punto de partida al presente programa.
(*) En el caso de Borges solo se podrá elegir una de las dos opciones: lírica ó narrativa.
La Contextualización se mantiene para aquellas unidades en las que se produce la integración de diferentes épocas con el
propósito de establecer una mirada abarcadora. (Unidades I y II.)

martes, 10 de septiembre de 2013

6to año. Información sobre Realismo Mágico.-

REALISMO MÁGICO.- (Apuntes de “El Realismo Mágico” de Yolanda Argudín Vázquez, Catedrática de la UNAM.  FERNÁNDEZ editores, México 1992)

El  REALISMO MÁGICO LATINOAMERICANO responde a un deseo de autonomía para el arte, a la defensa de la libertad imaginativa y a la expresión de muchas necesidades sociales y artísticas que a su vez exigen procedimientos narrativos nuevos.
Los escritores rechazan la  denuncia social directa, pero han encontrado procedimientos adecuados para hacerse oír en el contexto de la literatura contemporánea:
<1)   Desarrollan intensamente el cuento;
<2)   Logran una fusión entre localismo y universalidad;
<3)   Usan un lenguaje asequible a cualquier lector;
<4)  Insertan los problemas particulares de los latinoamericanos en lo característico del hombre contemporáneo.
LITERATURA: posibilidad de conocimiento, de exploración filosófica, de participación.
LENGUAJE: se transforma, al narrar se juega con los diferentes puntos de vista del narrador, se rompe con la linealidad del relato, se hace cómplice al lector.
PRINCIPALES INTEGRANTES DEL REALISMO MÁGICO: Jorge Luis Borges, Alejo Carpentier, Gabriel García Márquez, Juan Carlos Onetti, Juan Rulfo, Carlos Fuentes, Octavio Paz, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa, Ernesto Sábato, José Lezama Lima, augusto Roa Bastos, José donoso, Jorge Amado.

El término REALISMO MÁGICO fue muy usado en Alemania y Austria durante el expresionismo (1920), para explicar que la realidad se puede transformar en un mundo mágico sin que ésta se deforme, mediante el procedimiento de destacar lo incongruente de ella.
La yuxtaposición de escenas y detalles realistas con situaciones inverosímiles, conforma el REALISMO MÁGICO en la LITERATURA.
El año 1935 puede señalarse como punto de partida de esta literatura en Hispanoamérica con la aparición de “Historia Universal de la Infamia” de Jorge Luis Borges.
Entre los años cuarenta y cincuenta en Hispanoamérica se produjo PROSA comparable con la mejor del mundo, conformada por la preocupación de estilo y la transformación de lo común y cotidiano en una fuerza escondida, tremenda e irreal. Se trata de un arte inquietante por el asombro y la sorpresa que suscita.
Características básicas:
<1)   El relato se desliza dentro de una perspectiva infinita (intemporal);
<2)    Lo irreal sucede;
<3)  El texto no está cargado de efusiones líricas ni descripciones innecesarias;
<4)  Los escritores se apegan a la realidad para evitar que la ficción llegue al campo de lo sobrenatural como en los cuentos de hadas por ejemplo;
<5)   La narración conduce a la confusión pero en medio de la claridad;
<6)   Rechazo a la sensiblería;

<7)  El REALISMO MÁGICO es sutil, estético y sofisticado; de estilo preciso y escueto.

"DEL AMOR Y OTROS DEMONIOS", GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ


HOLA OTRA VEZ!  ESTE LINK ES PARA LEER LA NOVELA DESDE AQUÍ.  NO LA IMPRIMAN, ESPEREN LAS INDICACIONES DE CLASE.

http://sitiosescolares.miportal.edu.sv/10618/biblioteca%20virtual/OBRAS%20%20LITERARIAS%20DE%20LA%20A..Z/M/Marquez,%20Gabriel%20-%20Del%20Amor%20y%20otros%20Demonios).pdf

6to. año. De la narrativa del siglo XIX a la del siglo XX. Prof. Rossana Migliónico